Carmen quería ser bailaora pero, siendo niña, su padre se lo prohibió. Casi 80 años después, su hijo, el bailaor y coreógrafo Paco Mora, consiguió hacer realidad aquella ilusión de la infancia. Un sueño que cumple una y otra vez: porque para ella cada subida al escenario es la primera. Al bajar de él, se olvida. El espectáculo ‘Flamenco para recordar’ es un proyecto terapéutico que nació con el objetivo de aplacar el alzhéimer que sufre Carmen. “El hijo de la artista”, como se refiere a sí mismo Paco Mora, es un reconocido profesional de la escena flamenca mundial. Con tan solo 17 años ya trabajaba como solista en Barcelona. Pasó por importantes compañías y prestigiosos tablaos, montó sus propios espectáculos y recorrió el mundo con ellos. Mora ha zapateado con compases flamencos las obras de Bizet y Lorca en Alemania, Colombia o Japón. Ha llenado teatros, coqueteado con la televisión y el cine, ha impartido clases magistrales y participado como solista en festivales internacionales como el ‘Festival de Hibilla’ de Tokio o el ‘Festival de la Radio’ de Avignon. Cuando el alzhéimer se instaló en su casa, Paco Mora se convirtió en cuidador. Se formó en asistencia sanitaria y descubrió en el flamenco no solo una forma de activar físicamente a su madre, sino además de seguir conectado a ella. Luego creó ‘Flamenco para recordar’, una obra con la que también pretende “mostrar la enfermedad desde otra perspectiva, llegar a los centros educativos y que el cuidador aprenda a cuidarse”, afirma. Próximamente estrena el documental ‘En mis zapatos’, donde el bailaor exhibe la dureza del día a día junto a una persona dependiente. Paco Mora muestra cómo la enfermedad arrasa con lo cotidiano y la manera en que madre e hijo se aferran, según dice, a “lo que el alzhéimer no ha conseguido llevarse: los recuerdos musicales de Carmen”.
Carmen quería ser bailaora pero, siendo niña, su padre se lo prohibió. Casi 80 años después, su hijo, el bailaor y coreógrafo Paco Mora, consiguió hacer realidad aquella ilusión de la infancia. Un sueño que cumple una y otra vez: porque para ella cada subida al escenario es la primera. Al bajar de él, se olvida. El espectáculo ‘Flamenco para recordar’ es un proyecto terapéutico que nació con el objetivo de aplacar el alzhéimer que sufre Carmen. “El hijo de la artista”, como se refiere a sí mismo Paco Mora, es un reconocido profesional de la escena flamenca mundial. Con tan solo 17 años ya trabajaba como solista en Barcelona. Pasó por importantes compañías y prestigiosos tablaos, montó sus propios espectáculos y recorrió el mundo con ellos. Mora ha zapateado con compases flamencos las obras de Bizet y Lorca en Alemania, Colombia o Japón. Ha llenado teatros, coqueteado con la televisión y el cine, ha impartido clases magistrales y participado como solista en festivales internacionales como el ‘Festival de Hibilla’ de Tokio o el ‘Festival de la Radio’ de Avignon. Cuando el alzhéimer se instaló en su casa, Paco Mora se convirtió en cuidador. Se formó en asistencia sanitaria y descubrió en el flamenco no solo una forma de activar físicamente a su madre, sino además de seguir conectado a ella. Luego creó ‘Flamenco para recordar’, una obra con la que también pretende “mostrar la enfermedad desde otra perspectiva, llegar a los centros educativos y que el cuidador aprenda a cuidarse”, afirma. Próximamente estrena el documental ‘En mis zapatos’, donde el bailaor exhibe la dureza del día a día junto a una persona dependiente. Paco Mora muestra cómo la enfermedad arrasa con lo cotidiano y la manera en que madre e hijo se aferran, según dice, a “lo que el alzhéimer no ha conseguido llevarse: los recuerdos musicales de Carmen”.
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