Hubo un tiempo en el que Antonio Díaz preparaba sandwiches e imprimía carteles para que sus amigos del barrio se reunieran en el salón de su casa para verle hacer algunos trucos de magia. Hoy aquel muchacho salido de Badía del Vallés, un pequeño pueblo situado a 25 kilómetros de Barcelona, es propietario de dos teatros (uno de ellos en Misuri, Estados Unidos), y ha batido todos los récords imaginables de venta de entradas alrededor del mundo. Desde aquellas primeras actuaciones hasta la actualidad, el Mago Pop ha continuado investigando y ensayando para conseguir revivir una sensación que describe como única: el sonido del asombro, que describe como “una cosa fascinante, porque a veces se mezcla con el silencio, es algo increíble”. Referente para todos aquellos que hoy quieran dedicarse a la magia de gran formato, el Mago Pop creció soñando ser David Copperfield, pero también aprendiendo de la maestría como prestidigitadores de Juan Tamariz o René Lavand. David Díaz habla del miedo a que las ilusiones fallen, de la rivalidad existente entre los magos, de los famosos a los que ha conocido y frente a los que ha actuado, y también del delicado momento (personal y profesional) que tuvo que afrontar cuando llegó a Broadway dispuesto a convertirse en el mago más famoso del planeta en la actualidad.
Hubo un tiempo en el que Antonio Díaz preparaba sandwiches e imprimía carteles para que sus amigos del barrio se reunieran en el salón de su casa para verle hacer algunos trucos de magia. Hoy aquel muchacho salido de Badía del Vallés, un pequeño pueblo situado a 25 kilómetros de Barcelona, es propietario de dos teatros (uno de ellos en Misuri, Estados Unidos), y ha batido todos los récords imaginables de venta de entradas alrededor del mundo. Desde aquellas primeras actuaciones hasta la actualidad, el Mago Pop ha continuado investigando y ensayando para conseguir revivir una sensación que describe como única: el sonido del asombro, que describe como “una cosa fascinante, porque a veces se mezcla con el silencio, es algo increíble”. Referente para todos aquellos que hoy quieran dedicarse a la magia de gran formato, el Mago Pop creció soñando ser David Copperfield, pero también aprendiendo de la maestría como prestidigitadores de Juan Tamariz o René Lavand. David Díaz habla del miedo a que las ilusiones fallen, de la rivalidad existente entre los magos, de los famosos a los que ha conocido y frente a los que ha actuado, y también del delicado momento (personal y profesional) que tuvo que afrontar cuando llegó a Broadway dispuesto a convertirse en el mago más famoso del planeta en la actualidad.
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