En el mundo hay 7.750 millones de personas… y subiendo. Muchos verdad. Con suerte, conoceremos a un total de 5.000 de ellas a lo largo de nuestra vida, pero importantes, no más de 150. No serán siempre las mismas, pero nunca más de esa cifra. El número de Dunbar. Este mes, en Deep Talks, uno de los podcast de BBVA, hablamos con Esteban Moro, investigador, científico de datos y profesor de la Universidad Carlos III de Madrid. Actualmente es Profesor Visitante en el MIT Media Lab y en el MIT Connection Science en el IDSS. “La gente con intereses específicos tienden a juntarse”. Esteban Moro estudia el comportamiento de las personas con sus iguales y la interrelación de los habitantes de una misma ciudad en un cruce interesantísimo entre el big data y las ciencias sociales. “Nos gusta segregarnos”. Parcelar la vida simplifica el día a día. “Siempre, desde que el hombre es hombre y vivimos en sociedad hemos tendido a estar segregados. Nos beneficia porque estamos con gente parecida y no hay que hacer esfuerzos cognitivos. Es evolutivo rodearse de gente con la misma visión”, explica Moro. Las dinámicas humanas son complejas y provocan una serie de impactos en las ciudades y en un tema tan importante como es la “segregación económica y social” que producen estos comportamientos. Conocer gente nueva “cada vez es más difícil”, pero “tampoco nos gusta” lo que provoca que “vivamos en mundos paralelos”.
En el mundo hay 7.750 millones de personas… y subiendo. Muchos verdad. Con suerte, conoceremos a un total de 5.000 de ellas a lo largo de nuestra vida, pero importantes, no más de 150. No serán siempre las mismas, pero nunca más de esa cifra. El número de Dunbar. Este mes, en Deep Talks, uno de los podcast de BBVA, hablamos con Esteban Moro, investigador, científico de datos y profesor de la Universidad Carlos III de Madrid. Actualmente es Profesor Visitante en el MIT Media Lab y en el MIT Connection Science en el IDSS. “La gente con intereses específicos tienden a juntarse”. Esteban Moro estudia el comportamiento de las personas con sus iguales y la interrelación de los habitantes de una misma ciudad en un cruce interesantísimo entre el big data y las ciencias sociales. “Nos gusta segregarnos”. Parcelar la vida simplifica el día a día. “Siempre, desde que el hombre es hombre y vivimos en sociedad hemos tendido a estar segregados. Nos beneficia porque estamos con gente parecida y no hay que hacer esfuerzos cognitivos. Es evolutivo rodearse de gente con la misma visión”, explica Moro. Las dinámicas humanas son complejas y provocan una serie de impactos en las ciudades y en un tema tan importante como es la “segregación económica y social” que producen estos comportamientos. Conocer gente nueva “cada vez es más difícil”, pero “tampoco nos gusta” lo que provoca que “vivamos en mundos paralelos”.
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